Con el objetivo de expandir la narrativa referente al movimiento migratorio desarrollada por el programa Hola Colombia INNpacta, se llevó a cabo el taller virtual Migración: Caminos para encontrarnos. En este espacio, un grupo de 30 personas, entre las cuales se encontraron representantes de organizaciones aliadas, emprendedores, expertos, migrantes y comunidad de acogida, participaron de un ejercicio de reflexión y co-creación sobre este movimiento que implica trasladarse hacia un nuevo lugar de residencia.
“Desde Hola Colombia INNpacta hemos realizado un proceso de desarrollo de narrativas entre las diferentes entidades co-ejecutoras y aliadas del programa, buscando responder a la pregunta: ¿Cuál es la historia que queremos contar en torno a la migración?. Esto nos llevó a la construcción del documento Un saludo para abrir caminos, en el que planteamos un mensaje clave desde la reciprocidad y la empatía, así como estrategias para seguir aportando a la transformación del concepto, como lo fue este taller”, indicó Claudia González, coordinadora operativa del programa Hola Colombia INNpacta.
La actividad, que contó con el diseño metodológico, la facilitación y coordinación de la consultora ECCO, consistió en desarrollar un proceso participativo y generativo, en el que, a través de la escucha y algunas prácticas creativas, como la escritura, se integraron las diferentes perspectivas de los actores participantes, dando como resultado a #SoyMigrante, un poema sobre lo muy cercano que puede llegar a ser este fenómeno global para todos.
Durante la sesión se evidenció la conexión de las personas presentes con las actividades y el tema. Por ejemplo, desde ECCO, Edinson Castaño, coordinador de liderazgo facilitación de programas, destacó la calidad de escucha que tuvieron los presentes, lo que los llevó a identificarse con los migrantes y sus vivencias.
“Otro de los momentos que tuvo resonancia en la actividad fue cuando varias personas relacionaron el migrar con una mariposa, por su poder de transformación, y con una maleta, llevando a los demás a la pregunta ¿Qué requiero yo y qué requiere mi comunidad para permitir darle la bienvenida a lo que el ser humano migrante trae en su equipaje?”, comentó.
También, se evidenció un buen nivel de colaboración en cada una de las partes del taller, así como agradecimiento en varios comentarios finales por sentirse representados, inspirados y más cercanos a esta realidad.
Así lo vivieron los asistentes
Cada uno de los asistentes tuvo la oportunidad de hacer parte de la creación de trabajo colectivo a través del poema Soy Migrante. Primero, en cinco grupos pequeños que se crearon durante la sesión, en los cuales se elaboraron cinco poemas que fueron leídos al cierre de la jornada. A partir de estos se obtuvo, finalmente, un único poema, es decir una construcción con palabras que recoge las voces y experiencias de todos.
“Para mí como investigadora de migración, esta fue una experiencia novedosa, gratificante y muy enriquecedora. A pesar de que el encuentro fue virtual, la metodología y la habilidad de las personas que nos guiaron en el ejercicio logró que los participantes habláramos de migración desde las emociones, los miedos y los anhelos. Fue un espacio plurivocal, donde asistieron personas con diferentes experiencias que los han llevado a hablar del tema migratorio, y creo yo que comunicarnos desde ese sentimiento nos permite ver nuevas narrativas para el entendimiento complejo de este fenómeno y crear sociedades más respetuosas de la diversidad. Ojalá se repitan este tipo de espacios en otros lugares”, expresó la docente Maria Clara Robayo, investigadora del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.
Por su parte, Agar López, una mujer migrante venezolana que llegó al taller a través de una convocatoria pública que se realizó por medio de las redes sociales de Hola Colombia, también resaltó la inspiración que le dio la actividad, en especial por la manera en que pudo compartir con personas cercanas su experiencia, y representar lo mucho que tiene para aportar la población que migra desde cualquier punto a su nuevo lugar de residencia.
“Aprendí que todos estamos en un proceso de formación, que valoramos nuestro país, pero también podemos amar al país donde lleguemos. Queremos que esto sea algo recíproco, emprender caminos de superación, caminos de apoyo, sentir que estamos en red, sanar heridas del pasado, y estas sesiones nos enseñan la integración, la reconciliación, a ser como el símbolo de Hola Colombia, una mano abierta para recibir y también una mano cerrada para dar fuerza a quien lo necesite”.
Desde Hola Colombia se tiene proyectado que el próximo año se continuará con actividades de este tipo, con el fin de llevar su narrativa a más personas y aportar a la transformación de la manera en que es vista la migración venezolana en el país.